Una niña de dos años está ingresada en estado grave en el hospital de Son Dureta de Palma, tras haber bebido accidentalmente de una botella que contenía éxtasis líquido, que su madre, una asistenta por horas a domicilio, le dio creyendo que era agua. El hecho se produjo en la casa del dueño de un bar musical y una discoteca, donde la mujer realiza trabajos de asistenta.
Es posible que la botella de agua estuviera llena del anestésico veterinario GHD, usado como estimulante disociativo a pequeñas dosis mezclado con refrescos o alcohol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de marzo de 2002