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AJEDREZ

Un alfil increíble

Estudio de G. Mattison. 'Rigasche Rundschau', 1914.

No es extraño que un alfil y dos peones le ganen a una torre. Sin embargo, en la posición inicial de este hermoso estudio de Mattison, parece que la victoria es imposible; el peón de a3 está perdido y no parece viable evitar el sacrificio posterior de la torre negra por el infante de e6. En el camino que conduce al triunfo juega un papel de notable riqueza el alfil de f4, capaz de recursos tácticos insospechados. La tarea comienza con 1 Ae3 j., que forma una peligrosa cortina en la columna e, desde donde la torre podría sacrificarse por e6 con tablas automáticas. Después de la forzada 1... Rb7 (a cualquier otra 2 e7 gana; si 1... Rb8 / 2 e7 y el peón corona con jaque, y si 1... Ra6 / 2 e7, T - a3 / 3 Re4, etcétera) / 2 e7, T - a3 y todo parece concluido; si 3 e8=D, T - e3 j. y las negras ganan, y a una retirada de alfil 3... Ta8 empata. Pero el alfil guarda en su interior recursos asombrosos: 3 Aa7! amenaza coronar e impide que la torre se instale en a8; y tampoco alcanza 3... R - a7 / 4 Rf4, Ta4 j. / 5 Rf5 y el rey se esconde en f7, tras lo cual el peón corona. La bonita jugada blanca parece, sin embargo, más espectacular que efectiva, pues luego de 3... Ta1 la torre vuelve a ganar espacio y se apresta a inmolarse por el infante de e7, con empate inmediato. Las blancas juegan 4 Rf4, que amenaza coronar, y si 4... Te1 / 5 Ae3 gana; pero después de 4... Tf1 j., una vez más, el empate parece inevitable, ya que si 5 Re4, R - a7, y si 5 Rg5 -o g4, o g3- 5... Te1 y tablas. Pero el increíble alfil aún tiene la última palabra: 5 Af2!, T - f2 j. (única) / 6 Re3, Tf1 / 7 Re2 y las blancas ganan.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de marzo de 2002