Unas 400 personas, en su mayoría mujeres y niños, según la Policía Local, se manifestaron ayer en Sevilla en solidaridad con los trabajadores de Minas de Aznalcóllar, en una protesta que comenzó en la Torre del Oro y que desembocó en la catedral, donde los mineros permanecen encerrados. Los manifestantes, familiares de los empleados de Boliden, fueron recibidos a su llegada al templo entre aplausos por los mineros, prácticamente la totalidad de la plantilla. Un grupo de niños llevaba una pancarta en la que se leía 'La solución de nuestros padres es nuestro futuro' y las mujeres enarbolaban otra con el lema 'Exigimos solución a esta vergonzosa situación'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de marzo de 2002