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Tribuna:DEBATE

Subvenciones imprescindibles

Los clubes deportivos valencianos de élite mantienen su nivel competitivo gracias a las subvenciones oficiales. Sin éstas, muchos equipos desaparecerían. La financiación de las instituciones públicas -Generalitat, ayuntamientos y disputaciones- es vital para la supervivencia de los clubes, que cubren sus presupuestos con las ayudas oficiales. La escasez de patrocinadores ha propiciado una situación asumida con naturalidad por los políticos, los dirigentes de los clubes y los aficionados. Clubes como El Osito L'Eliana o el Ferrobús en balonmano femenino; el Ros Casares en baloncesto femenino o el Valencia Vijusa en fútbol sala han ganado títulos nacionales e internacionales en los últimos años.

'Fútbol es fútbol' dicen los futboleros para justificar cualquier desmán en su deporte. Los agujeros del fútbol provocaron un Plan de Saneamiento de miles de millones de pesetas que pagamos entre todos los españoles. Todo por salvar al llamado deporte rey, el deporte superprofesionalizado. Mientras tanto, los deportes minoritarios tienen que sobrevivir a duras penas con el esfuerzo sobrehumano de unos cuantos locos que luchan por darle a la sociedad algo más.

Detrás del fútbol están las televisiones que generan unos ingresos publicitarios millonarios y que les proporcionan importantes ingresos para imponentes prespuestos, algo que ni por asomo podrían tener los clubes sólo con su masa social por grande que fuera.

Detrás de los demás deportes, en cambio, no hay nada... por supuesto que de las televisiones ni hablar, pero tampoco de una ley del mecenazgo que permita la entrada del capital privado en los grandes clubes. Y si además, como minoritarios que son, no disponen de una gran masa social o espectadores, ¿de qué tienen que vivir o cómo pueden malvivir? A pesar de ello, el balonmano, el baloncesto, el atletismo, el fútbol sala, el voleibol y un largo etcétera dejan cada temporada títulos nacionales e internacionales, y un trabajo de base y de promoción e integración a través del deporte realmente importantes.

¿Podrían estos deportes conseguir estos éxitos o simplemente sobrevivir sin ayudas institucionales? Imposible en la situación actual, pero posible si en el futuro se aplica una adecuada y necesaria ley del mecenazgo, si se incentiva debidamente a las empresas que invierten en estos clubes, si hay una gestión política en la que se implica a las televisiones, a las empresas públicas y a los productos o marcas propias que hay que publicitar hacia el exterior, incluyendo a la oferta turística o a cualquier otra susceptible de promoción.

Mientras tanto se hacen imprescindibles las ayudas de las instituciones, aunque yo particularmente desearía una mayor agilidad en la gestión, unas fórmulas más directas, un mayor control en las infraestructuras de los clubes y un contacto más directo y participativo en la programación y ejecución.

Gregorio García es director técnico del Ferrobús Mislata

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de marzo de 2002