El Consejo Europeo encargó ayer al alto representante para la Política Exterior y de Seguridad, Javier Solana, y al ministro español de Exteriores, Josep Piqué, en su calidad de presidente de turno del Consejo de la UE, que realicen las gestiones oportunas para resolver las diferencias entre la Unión y la OTAN a propósito del uso de medios aliados de planificación por parte de la Fuerza de Intervención Rápida europea.
Esa dificultad, derivada de los problemas que plantea Grecia en operaciones militares que impliquen a Turquía, dificulta que la fuerza europea lleve a cabo su primera misión proyectada: sustituir a las fuerzas de EE UU en la operación Amber Fox, en Macedonia. El primer ministro griego, Costas Simitis, está dispuesto a 'cooperar de forma constructiva' con la presidencia española para intentar desbloquear los problemas entre la UE y la OTAN. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, destacó ayer que resulta absurdo que tropas europeas estén actuando en Afganistán cuando no pueden hacerlo en un escenario más próximo y ligado a sus intereses, como son los Balcanes y, en concreto, Macedonia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de marzo de 2002