Cuatro de los detenidos este fin de semana se sentarán mañana en el banquillo por una falta de desobediencia. A eso se le llama justicia inmediata, que no es lo mismo que justicia rápida, aunque hay quien las confunde. La rápida significa hacer el juicio en dos o tres semanas desde que pasan los hechos. La inmediata en dos o tres días, y la habitual, que es la que predomina, ser juzgado al cabo de dos o tres años.
Los cuatro acusados fueron detenidos la tarde del viernes cuando se encaramaron a una grúa de las que trabajan en las obras del templo de la Sagrada Familia. La policía les dijo que bajaran y al principio se negaron. Luego hicieron caso, acabaron en comisaría y se les intervino todo lo que habían utilizado: cuerdas, mosquetones, dos navajas multiusos y otro material de escalada. Tienen entre 24 y 38 años y entre ellos hay un belga, un británico, un alemán y un vecino de Tarragona. Los cuatro quedaron en libertad tras pasar por el juzgado y la policía les acusaba inicialmente de desórdenes públicos.
La cumbre europea ha demostrado que, si todas las partes de un pleito ponen voluntad, la justicia no tiene por qué ser lenta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de marzo de 2002