Unos 2.500 aficionados del Valencia quisieron anticipar las Fallas ayer en Vallecas. No pudieron, porque el cargamento de petardos se quedó guardado en el maletero de los coches. No hubo nada que celebrar. El Rayo venció otra vez por dos goles a uno a un equipo que le saca muchos cuerpos en la clasificación, pero que resurgió de sus cenizas (por ese resultado ya cayeron el Depor y el Barça).
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Rafa Benítez, el técnico del Valencia, con el abrigo largo aún puesto y la cara neutra, justificaba el fiasco por la "mala suerte en los goles encajados", por el campo, que estaba fatal" y por la "agresividad del Rayo". Al equipo madrileño, Benitez le concedió "todo el mérito" y no quiso valorar la atolondrada actuación de su defensa. El preparador confesó que "esperaba un choque de este estilo". Al menos, también se refirió a la incapacidad de su equipo para rematar el partido cuando marchaba por delante en el tanteo. "Con el marcador a favor tuvimos varias ocasiones para resolver el encuentro, pero no fuimos capaces de hacerlo, y al final el Rayo en dos jugadas a balón parado, que ya sabíamos que era uno de sus puntos fuertes, nos ganó. Todo lo que ocurrió en la segunda parte fue más mérito del Rayo que otra cosa", reconoció.
Benítez afirmó que esperaba que esta derrota no afecte a la moral de su equipo, "porque ya sabíamos que algún día podíamos fallar, y ahora lo importante es levantarse cuanto antes", indicó.
Mientras, los jugadores valencianistas se escudaron en el futuro y apenas comentaron nada del partido, excepto que la caída de una bengala al terreno de juego poco antes del segundo gol vallecano, les había "despistado".
Y si el rostro de Benítez no expresaba nada, el de Gregorio Manzano, técnico del Rayo, exhibía una sonrisa de oreja a oreja. "Una semana más y estamos vivitos y coleando", se regocijó el entrenador, que reveló que había preparado el partido "como si fuese una eliminatoria de Copa, para que dejásemos atrás la ansiedad que nos atenaza en la Liga".
Manzano no encontró "una respuesta lógica" a que los equipos grandes caigan en Vallecas y reivindicó a su grupo al recordar que "cualquier otro equipo hubiese tirado la toalla cuando estuvimos a ocho puntos de la salvación". Ahora, el Rayo está a dos.
En la grada y en el palco el choque se vivió de manera muy intensa. Tan intensa, que el presidente del Valencia declinó hacer ningún comentario sobre el comportamiento de su homóloga del Rayo, Teresa Rivero, que no paró de increpar al árbitro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de marzo de 2002