Con motivo de la información publicada el domingo 10 de marzo de 2002, un reportaje titulado El cotilleo, una pasión sin límite, y firmado por el periodista Javier Valenzuela, quisiera hacer las siguientes manifestaciones.
1. Traslado mi disconformidad por lo expuesto, al tratarse de una información errónea adjudicada a mi persona.
2. Esas declaraciones, que en algunos casos se me atribuyen, obedecen a una mala transcripción de la conversación telefónica privada e informal mantenida a petición del señor Javier Valenzuela.
3. Preciso, por tanto, que el contenido de esa conversación no se trataba en ningún caso de una entrevista para ser publicada, como así me lo determinó en todo momento el periodista.
4. Quiero hacerle llegar el perjuicio que la mala interpretación de ese reportaje puede causar en mi credibilidad profesional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de marzo de 2002