A palos con los políticos argentinos
FRANCESC RELEA | Buenos Aires
Los políticos argentinos viven entre sobresaltos. El desprestigio es de tal calibre, que pocos pueden caminar tranquilamente por la calle sin tropezar con la ira de los ciudadanos. En sus casas, en el bar, en el restaurante, en la sauna, en el aeropuerto o en el campo de golf... cualquier lugar público puede ser escenario del abucheo, el escarnio o de la agresión.