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OPINIÓN DEL LECTOR

Acoso moral

Trabajaba en la construcción de móbil homes. Al llegar al trabajo y notificarme indirectamente mi despido,cogí mis bártulos, recorriendo a pie los casi 7 kilómetros hasta mi casa. Notaba a mi espalda un bonito día, delante una larga carretera... Me sentía libre.

Fué una crónica anunciada el mismo día que envié un e-mail al director de recursos humanos sobre acoso moral a una compañera con minusvalía. Luego, sufrido en mi propia piel. El entorno calla, nadie da un paso. Hay quien te dice: 'Bienvenida al infierno'.

Margarita Rivière, que en la 'Europa del cómo', el trabajador conserve su alma, no adore a un Fausto para poder ascender. Por los que todavía continúan en el infierno y por todos los trabajadores de ETT.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de marzo de 2002