Como El Álamo, los restos de la Barcelona conquistada por Felipe V en 1714 parece que van a ganar al fin la batalla de la posteridad. Cada vez más gente parece caer del caballo cual Saulo camino de Damasco y abrir los ojos a la importancia del yacimiento arqueológico excavado en el antiguo Mercat del Born. El grupo municipal de CiU se ha sumado a los que piden la preservación de los restos, y lo ha hecho invocando su emotiva significación histórica.
El grupo de CiU en el Ayuntamiento barcelonés ha presentado una proposición para que, a fin de 'preservar la memoria histórica', los restos arqueológicos del antiguo barrio de la Ribera, descubiertos con motivo de las excavaciones realizadas en el antiguo Mercat del Born, 'sean conservados y visitables en su espacio original'. Esta petición coincide con lo que han venido expresando, desde que los restos del Born salieron a la luz en toda su espectacular extensión, numerosos historiadores, arqueólogos y vecinos. El sábado, la propia concejal de Ciutat Vella, Cati Carreras, del Grupo Socialista, manifestó su opinión de que los restos no pueden ser eliminados ni trasladados y por tanto tienen prioridad sobre la construcción en el Born de la Biblioteca Municipal.
El grupo de CiU va incluso más allá y acuerda pedir al Gobierno de la Generalitat 'que estudie la posibilidad de declarar los restos como Bien Cultural de Interés Nacional, en la categoría de Lugar Histórico' (la misma consideración que tiene el Fossar de les Moreres), 'por su importancia en la historia de la defensa de las libertades de Cataluña'.
La apasionada defensa de los restos arqueológicos de la ciudad tomada por Felipe V por parte del grupo municipal de CiU contrasta con la prudencia de que hace gala la dirección general de Patrimonio de la Generalitat. Ayer mismo, el director general, Marc Mayer, manifestaba que hasta no disponer de los informes técnicos pertinentes no se pronunciará respecto a los restos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de marzo de 2002