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CARTAS AL DIRECTOR

Desde Ramala

En su carta al director de 15-3-02, la señora Rosa Llanza se refiere a mi artículo Ni Israel ni Europa se lo pueden permitir. Celebro que comparta la tesis básica del mismo, es decir, que Sharon no quiere la paz, sino la sumisión o expulsión de los palestinos. También que, como ella dice, lo haya visto 'hace mucho tiempo', lo que le hace sospechar que 'no soy la única, sino que probablemente son muchos los que lo han visto antes que yo'. Concuerdo y me congratulo de ello. Yo soy parte de esos muchos y hago lo que está en mi mano para colaborar a que el pueblo palestino recupere su dignidad. Comencé a hacerlo en 1967, tan pronto como Israel conquistó militarmente Gaza y Cisjordania.

La señora Llanza escribe, con razón, que 'los europeos elegimos unos representantes para que hicieran una labor... Creo que son nuestros representantes, la clase política, la que se tiene que movilizar y actuar... Estamos hartos de ver que, cuando hay elecciones, se toman medidas para conseguir votos, pero ¿qué pasa con el resto del tiempo?'. Añade la amable interpelante: 'A Menéndez del Valle le agradezco enormemente su reflexión, pero le diría: es usted eurodiputado. Por favor, actúe'. El día en que la carta de la señora Llanza aparecía en EL PAÍS, yo estaba en Ramala, ciudad ocupada y sitiada por los tanques israelíes. Había acudido, una vez más, en compañía de otros socialistas europeos, a expresar solidaridad al pueblo palestino. Estuve nuevamente con Arafat, confinado en su oficina por la autoridad militar israelí. Al día siguiente, y con los mismos compañeros, me reuní en Tel Aviv con el ministro de Defensa israelí, laborista, para manifestarle nuestra indignación por la ocupación israelí de territorios que no son suyos y por su participación en un Gobierno, el de Sharon, que atenta diariamente contra los derechos humanos y avergüenza a la humanidad. Querida señora Llanza, con este talante he actuado siempre en mi vida política, sin considerarme nunca parte de una 'clase' política. Tiene usted toda la razón al mostrar su insatisfacción por la política europea en Oriente Próximo. Pero eso es justamente lo que denuncio en mi artículo. Unamos esfuerzos. He aquí mi correo: emmenendez@europarl.eu.int.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de marzo de 2002