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Uno de cada cuatro niños obesos tiene riesgo elevado de ser diabético

El 25% de los niños y el 21% de los adolescentes obesos presentan intolerancia a la glucosa y por tanto, un alto riesgo de desarrollar diabetes. Ésta es la preocupante conclusión de un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, que ha estudiado a la población escolar de EE UU, donde la actual epidemia de obesidad infantil está propiciando un aumento paralelo de la incidencia de la diabetes tipo 2 entre niños y adolescentes. 'La mayoría de los niños obesos estudiados presentan un alto riesgo de padecer diabetes de tipo 2', dice Sonia di Caprio, profesora de endocrinología y pediatría de la Universidad de Yale (EE UU) y principal autora del estudio. 'Y si desarrollan diabetes antes de los 20 años, se enfrentan a una vida con alto riesgo de padecer complicaciones derivadas de la diabetes'.

Las tasas de obesidad y sobrepeso en EE UU son del 11,1% y del 14,3%, respectivamente; mientras que en España se sitúan en el 6% y 10%. Se calcula que en España hay unos 10.000 niños diabéticos, casi todos con el tipo 1 de la enfermedad.

Normalmente, la diabetes tipo 1 se diagnostica por primera vez en niños. La diabetes tipo 2, o diabetes de adulto, no se manifiesta a menudo hasta que la persona alcanza la edad madura o la vejez, aunque cada vez hay más casos en niños.

La disminución de la tolerancia a la glucosa se detectó en el 25% de los niños entre cuatro y diez años; y en el 21% de los adolescentes entre 11 y 18 años. Diabetes asintomática de tipo 2 (los afectados no eran conscientes de que éran diabéticos) se detectó en cuatro de los adolescentes. En los cuatro años que duró el estudio, tres de los niños intolerantes a la glucosa se hicieron diabéticos.

Los investigadores estudiaron a 167 niños y adolescentes muy obesos. Todos ellos se sometieron a una prueba oral de tolerancia a la glucosa de dos horas, durante las cuales se midieron los niveles de glucosa e insulina. Esta prueba evalúa la capacidad del cuerpo para metabolizar esta sustancia, basándose en la capacidad del hígado para absorber y almacenar la glucosa en forma de glucógeno.

El estudio muestra que la intolerancia a la glucosa tiene una incidencia tan alta entre los caucásicos como entre los negros e hispanos, que tradicionalmente tienen tasas más elevadas de diabetes. La incidencia también era mayor en las niñas que en los varones.

Además, 14 de las niñas padecían síndrome de ovario policístico, que causa síntomas como irregularidades menstruales, hirsutismo debido al aumento de los niveles de andrógenos, y, con el tiempo, infertilidad, así como quistes en los ovarios. El síndrome también va asociado con el oscurecimiento y el engrosamiento de la piel del cuello y la parte inferior de los brazos.

Las posibles complicaciones a largo plazo de la diabetes infantil incluyen una arteriosclerosis prematura, que a menudo afecta a las piernas y provoca úlceras en los pies; enfermedad arterial coronaria precoz; trastornos renales; trastornos oculares, que a veces provocan ceguera, y neurológicos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de marzo de 2002