La cumbre de Barcelona dio el apoyo político al proyecto Galileo, la constelación de 30 satélites destinada a que Europa tenga su propio sistema de posicionamiento global, aunque solo para uso civil.
La Agencia Espacial Europea calcula que, en cinco años, aportará ingresos de 40.000 millones de euros (6,6 billones de pesetas). El coste de Galileo supera los 3.250 millones de euros (540.000 millones de pesetas).
La vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio; el primer ministro francés, Lionel Jospin, y el presidente español, José María Aznar, expresaron en Barcelona la voluntad europea de ser independientes tecnológicamente de EE UU.
Estados Unidos ha criticado este mes con dureza el proyecto, justo cuando Alemania ha dejado de oponerse al mismo por la elevada cantidad que deberá aportar. El cambio de actitud anuncia el de otros países escépticos (Reino Unido y Holanda) que, según los analistas políticos, acabarán cediendo.
Estados Unidos ha pedido a la Unión Europea que su sistema pueda interoperar con el GPS, para evitar que sea usado en una guerra contra Occidente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de marzo de 2002