Una concentración no autorizada de centenares de hippies procedentes en su mayoría de Gran Bretaña a las afueras del pueblo granadino de Órgiva acabó ayer en violentos enfrentamientos con la Guardia Civil en los que un agente hizo un disparo al aire para repeler el acoso por parte de decenas de personas. Los guardias civiles tuvieron que liberar a un detenido al verse literalmente rodeados por una muchedumbre cada vez mayor.
Los hechos ocurrieron en torno a las 12.30 de ayer en la rambla del río Guadalfeo, a seis kilómetros de Órgiva, en donde en los últimos días se han concentrado más de dos centenares de camiones y caravanas de jóvenes y familias hippies llegados de toda Europa que pretenden celebrar lo que ya se conoce como la Fiesta del Dragón, que coincide con la llegada de la primavera, y a la que el último año acudieron 10.000 personas, según informó el Ayuntamiento de Órgiva.
Seis vehículos todo terreno de la Guardia Civil, con una veintena de agentes, se desplazaron ayer hasta el lugar de la concentración para informar a los asistentes de que se trata de una fiesta no autorizada y tratar de desmontar un escenario. Al llegar a la zona, se encontraron con que unos jóvenes habían cortado un camino rural transitado atravesando en él un sofá. Al pedirles que lo retiraran, uno de los jóvenes se encaró a los guardias civiles. Tras forcejear con él, lo detuvieron. Otro de los concentrados lanzó una lata de cerveza contra el conductor de uno de los vehículos policiales, quien recibió el impacto. Otro coche recibió un botellazo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de marzo de 2002