Los periodistas deberíamos sonrojarnos por muchas de las informaciones que firmamos como verdaderas. Publicamos, no sin antes haber hablado con al menos seis fuentes distintas, que en la manifestación antiglobalización del sábado pasado en Barcelona había unas 300.000 personas (e igual había más). Al día siguiente, sin ninguna clase de escrúpulo y sin apenas contrastarlo, explicamos, porque así lo dice la organización, que en Can Zam había 750.000 personas en la fiesta de Radio Tele Taxi (casi uno de cada 10 catalanes o 7,5 veces un campo del Barça lleno). Deberíamos ser más rigurosos porque es evidente que en Santa Coloma no podía haber tanta gente. Quizá tenga razón el presidente Pujol y sea cierta su teoría de que las cifras en las grandes manifestaciones humanas se inflan mucho desde hace años, aunque él sólo la aplique a determinados eventos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de marzo de 2002