Al grupo consultor Arthur Andersen, cuestionado y debilitado por su actuación en el caso de la compañía Enron, la búsqueda de una salida a la crisis no le está resultando fácil. Frente a la opción adelantada de negociar una fusión con KPMG de todas las empresas Andersen que trabajan fuera de EE UU, las delegaciones del grupo en Rusia, China y Hong Kong han decidido buscar su propia salida. Así, Andersen Rusia ha acordado fusionar sus actividades con Ernst and Young, mientras que las delegaciones de China y de Hong Kong han decidido hacer lo propio con Price Waterhouse, eliminando de paso su nombre en las actividades que desarrolle en la zona.
La rebelión provocó que Arthur Andersen difundiera ayer un comunicado desde Londres en el que expresaba su rechazo a las negociaciones autónomas de sus delegaciones. En este sentido, Andersen manifestó que "lamenta" que las empresas asociadas en China, Hong Kong y Rusia se hayan distanciado de los planes de fusión con KPMG e "intenten buscar una combinación con otra empresa".
"Su decisión" añadió en el comunicado "no tendrá ningún impacto en el continuo esfuerzo para completar sustancialmente las transacciones [de fusión] entre las empresas miembros de Andersen en el mundo, con excepción de las de Estados Unidos, y KPGM".
"Todas las empresas miembros de Andersen Worldwide tienen que cumplir ciertas obligaciones" con el grupo y su red, concluyó el comunicado, para enfatizar además que "Andersen Worldwide continuará protegiendo los intereses de sus empresas miembros" mientras negocia la fusión con KPMG.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de marzo de 2002