He leído que los señores diputados de nuestra Comunidad se han concedido la pensión máxima por estar en el cargo, total o parcialmente, dos legislaturas, y además con efectos retroactivos a todos, desde la creación de esa Asamblea, en 1983.
Si esto es así, un trabajador normal tiene que estar 35 años cotizando, y un diputado, ocho, y no en su totalidad, para tener la misma pensión.
Han creado dos castas de ciudadanos: de primera, los diputados, y de segunda, los demás mortales. Me parece una decisión totalmente injusta y discriminatoria, que deberían someter a consideración de toda la Comunidad y no de unos pocos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de marzo de 2002