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Crónica:SAN SEBASTIÁN

Insólito: un solo descabello

En la novillada de ayer se dio el caso paradójico y benigno de que sólo se utilizó el verduguillo en una ocasión. A los seis novillos los mataron con mucha decencia los aspirantes a matadores de toros. Raúl Cano tuvo suerte, pues su toro parecía el camión de la basura. La media estocada fue de excelencia. Javier Valverde se encontró con un toro difícil. Cuando le ponía la muleta en la mano derecha el novillo se quería comer el corbatín del torero. Por rabia de torero estuvo a punto de recibir una cogida. Lo volteó sin herirle. El francés Julien Lescarret tuvo la mejor actuación de todas de las que ha configurado en la plaza donostiarra. Salvador Vega tuvo el novillo mejor de la tarde. Lo lanceó con las manos bajas con muy buen son. Su faena estuvo tejida a base de tres tandas de derechazos y dos de naturales. Sobre todo hay que destacar la largura y la templanza en esos muletazos. Tal vez con la mano izquierda es donde estuvo más ajustado y torero.

César Jiménez inició su faena de rodillas instrumentando derechazos ayudados por alto en una larga serie. Empezó la faena con derechazos mandones y largos, con un buen ayudado por alto de remate. A medida que pasó el tiempo los derechazos y naturales no fueron demasiado ligados, aunque en los naturales exponía mucho, eso es verdad. El mexicano Arturo Macías sólo destacó en cinco largas cambiadas al tomar a su novillo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de marzo de 2002