Una de las muchas consecuencias que tuvo la llegada al poder del PP fue la paralización de la vida cultural de nuestro país. A nivel local, los vecinos de Madrid lo venimos sufriendo paulatina y progresivamente desde la moción de censura de 1989, que llevó a la alcaldía a Rodríguez Sahagún y, posteriormente, a la desgraciada (para los madrileños) llegada de Álvarez del Manzano, implacable perseguidor de la vida nocturna y cultural de la juventud, amén de otras muchas cosas que no vienen al caso.
Son numerosas las quejas y voces que se han alzado reclamando la construcción de un espacio adecuado para la celebración de conciertos de música moderna, ya que resulta inconcebible cómo toda una capital de casi tres millones de habitantes puede haber estado tanto tiempo sin disponer de un lugar que reuniera las características adecuadas para este tipo de eventos. No olvidemos que nuestro añoradísimo Palacio de Deportes de la Comunidad se caracterizaba por una acústica que no me atrevería a calificar.
No obstante, lo que resulta más triste es la falta de apoyo (o al menos así lo sentimos) por parte de los medios de comunicación.
El espacio que ocupa la música moderna en la televisión es ínfimo, pero aún resulta más sorprendente que, exceptuando el suplemento Tentaciones, el que ocupa dentro de las páginas de Cultura de este periódico no sea mucho mayor.
Son muchas las ocasiones en que se celebran conciertos de grupos de cierta importancia (por ejemplo, Mercury Rev) a los que no se les dedica una sola línea.
Si un periódico de la importancia del suyo, que a lo largo de los años ha demostrado gran interés y sensibilidad por la cultura, no da a este tipo de acontecimientos la importancia que se merece, ¿podemos esperar que este Gobierno (tanto el municipal como el nacional) se lo tome en serio en algún momento?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de marzo de 2002