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CARTAS AL DIRECTOR

La pequeñez

Spinoza dice que cuando Juan habla de Pablo, habla más de Juan que de Pablo. Así es con el señor Aznar: cuando habla de cualquier cosa, habla más de sí mismo que de cualquier cosa.

Lo característico de lo que dice cuando habla sobre algo es que lo empequeñece, lo reduce a una menudencia: las recientes manifestaciones de Barcelona eran casi nada; las masivas protestas de decenas de miles de alumnos, profesores, catedráticos, sindicalistas, protestando contra su Ley de Universidades eran unos meros disturbios en las calles.

Quizá el señor Aznar tiene que reducir la compleja realidad a su propia pequeñez y considerar que quien no comparte esta pequeñez de mente y de mira es un enemigo.

Ya sería hora de que Juan aprendiera a hablar de (ponga usted, lector, el nombre que quiera) y no tanto de Juan. Pero esto quizá es pedir peras al olmo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de marzo de 2002