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CARTAS AL DIRECTOR

Subvencionar la supervivencia

¿Un país que ofrece a sus trabajadores un sueldo por debajo del coste de la vida es un país que va bien? ¿Un gobierno que permite a las empresas practicar la discriminación laboral reiterada por causas de edad o sexo es un buen gobierno?

Leo sorprendida las medidas que quiere aplicar nuestro lúcido Gobierno para vencer el creciente problema del paro. Se trata de abonar, en forma de subsidio, una parte del sueldo que las empresas no pagan a aquellos trabajadores con problemas de integración en el mercado laboral (mayores de 45 años, mujeres de 30 a 40 años, etcétera).

Estos trabajadores de 'segunda fila' prefieren agotar la reducida prestación por desempleo que 'aceptar' salarios inferiores a la misma. ¿Se puede mantener a una familia con un salario, por ejemplo, de 6.500 euros? El parado no opta por trabajar o estar desempleado; el parado simplemente opta por su supervivencia.

Un país con un salario mínimo interprofesional que no alcanza a sufragar el alquiler de un piso en cualquier gran ciudad española. Un país que no es capaz de garantizar un trabajo digno y suficientemente remunerado a sus ciudadanos es un país que no va bien. El crecimiento económico de un país no puede basarse exclusivamente en el bajo coste de los salarios y olvidar que son éstos precisamente los que alimentan el ciclo de la oferta y la demanda.

Está claro que hay que ofrecer incentivos para que el número de desempleados disminuya, pero la solución no radica en impeler a aquellos que por causas ajenas a su voluntad se encuentran apartados del sistema, sino en buscar medidas que conduzcan a las empresas de este país a observar los salarios no tan sólo en su vertiente de coste, sino como generadores de demanda.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de marzo de 2002