Joseph Berardino, consejero delegado de la auditora Andersen, anunció ayer ante las cámaras de la cadena CNN que dimitía de su cargo y que esperaba que su "sacrificio" sirviese para limpiar el nombre de la compañía, actualmente investigada por su actuación en el caso Enron. Berardino no mencionó quién podría ser su sucesor pero comunicó que permanecería en su puesto hasta que éste fuese nombrado.
La salida de Berardino se produce después de que el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker (nombrado por la empresa como asesor para salir del atolladero) propusiera el viernes pasado que su equipo tomase el control sobre la gestión de Andersen hasta encontrar nuevos directivos para la empresa.
El prestigio y las cuentas de Andersen han estado cayendo en picado desde que la empresa energética Enron, en la que la auditora era responsable de certificar su solvencia, presentó la quiebra más importante en la historia de EE UU. La auditora ya ha perdido cerca de 70 de sus grandes clientes en lo que va de año y varias de sus filiales en todo el mundo (China, Hong Kong, Rusia y la UE) están buscando aliarse con sus rivales.
Berardino asumió en el cargo que ahora deja en enero de 2001 y había llegado a la firma de auditoría en 1972.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de marzo de 2002