Metro va a invertir miles de euros en cobertura para teléfonos móviles. Alucinante, van a convertir las estaciones en campos de radiación. Aún está sin clarificar la peligrosidad de la repercusión de las antenas exteriores de telefonía móvil en el organismo humano y ahora las tendremos en versión andén-horno microondas. Antes de que el proyecto germine, creo que los usuarios del metro debemos oponernos a tamaño disparate. Hay cosas más necesarias que realizar:
- Escaleras mecánicas más modernas y con menos averías.
- Aseos en estaciones de mucho tránsito.
- Vagones en perfecto estado de conservación.
- Trenes con megafonía indicando la próxima estación y las líneas con las que podemos conectar.
- Poner en funcionamiento los relojes eléctricos existentes en las estaciones, para conocer la hora y el tiempo que tarda realmente el metro en llegar.
Ahora, con viajeros de tantas etnias, es imprescindible la sensibilización (el metro es un bien de todos, debemos cuidarlo y ser educados, aseados y respetuosos con los compañeros de viaje), pero Metro debe informar a los usuarios con normativa y comportamiento en las instalaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de marzo de 2002