El escultor Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924) ha conseguido ganar la batalla al proceso bronconeumónico que a punto estuvo de costarle la vida hace dos semanas y podría abandonar la Policlínica de San Sebastián, donde permanece ingresado, esta misma semana, según confirmó ayer su hijo Luis. 'El aita ', dijo en referencia a su padre, 'pasó unos momentos muy malos en los que todos creímos que era el final. Pero ahora está fuerte, muy sonriente, en condiciones de volver a casa de aquí al sábado'.
Chillida, uno de los escultores españoles clave de la segunda mitad del siglo XX, ingresó hace 15 días en la unidad de cuidados intensivos del citado centro hospitalario, aquejado de una bronconeumonía y problemas cardiorrespiratorios. Este cuadro, sumado a la enfermedad cerebral degenerativa que padece desde hace unos años, puso en riesgo su vida.
Tanto los médicos como su familia perdieron durante unos días la esperanza de que pudiera recuperarse. Pero el estado de salud del artista ha mejorado considerablemente con el paso de los días. Fernando Neira, el médico que le atiende, ha confirmado a la familia que el artista 'ha superado el problema cardiorrespiratorio y que se ha afianzado la mejoría de su estado de salud'. Su mujer, Pilar Belzunce, y sus ocho hijos, preparan ahora ilusionados el regreso a casa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de marzo de 2002