Un discurso muy crítico, pero también ameno, irónico y constructivo del economista Arcadi Oliveres, profesor de la Autónoma de Barcelona, abrió anoche el III Congrés de l'Escola Valenciana, en el que 300 participantes buscarán respuestas desde la escuela al fenómeno de la globalización. Fue también el primer acto oficial de Francisco Tomás, recién nombrado rector de la Universidad de Valencia, que actúa como anfitriona del congreso. Tomás señaló en los cambios legislativos de la enseñanza en ciernes motivos para sentirse 'poco ilusionados y nada optimistas'.
El estilo didáctico, irónico y envolvente del profesor de la autónoma de Barcelona sobre la globalización ('estamos globalizados y hemos de aceptarlo, para después poder cambiarlo') enganchó de forma contundente al público asistente, entre el que se hallaban representantes del ámbito político, sindical y académico, pero sobre todo padres y madres de alumnos y profesores, nutriente básico de la federación organizadora del congreso, que analizará a lo largo de tres días el papel de L'escola valenciana en el món de la globalització. Entre los asistentes podía verse a la presidenta, Ascensión Figueres, y vicepresidente, Josep Palomero, de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, entre otros acádémicos, así como los secretarios generales de Esquerra Unida, Joan Ribó, y del Bloc, Pere Mayor, o dirigentes de los sindicatos CC OO y STEPV.
Vicent Romans, presidente de la Federació Escola Valenciana, destacó la necesidad de abordar el fenómeno de la globalización desde la escuela, debido a los 'grandes cambios producidos en la sociedad mundial' desde el segundo congreso, que se celebró en la Escuela de Magisterio de la Universidad de Valencia en la primavera de 1997. Ausente la Generalitat del patrocinio, el congreso se sufraga con las aportaciones de la propia organización y la colaboraciòn de las universidades (Valencia, Alicante y Jaume I) y Ayuntamientos (Elche, Alcoi y Valencia), así como del mundo editorial y algunas empresas, según fuentes de la federación. 'Benvingut siga qui a sa casa ve', dijo el nuevo rector de la institución anfitriona, Francisco Tomás, que calificó a la entidad organizadora como 'una fuerza cívica cargada de futuro y llena de esperanzas'. Tomás animó a los ponentes y congresistas, algo más de trescientas personas en la presente edición, a responder a lo largo de estos tres días, aunque sea 'mínimamente', a preguntas tan complejas como éstas: '¿Cómo convertirse progresivamente en ciudadanos del mundo sin perder las raíces?, ¿cómo adaptarse a los cambios vertiginosos sin volver la espalda al pasado?', o '¿cómo hacer prevalecer las visiones a largo plazo sobre las de vuelo corto?'. Descendiendo al ámbito español, destacó el actual reto del mundo educativo, al enfrentarse a 'nuevos marcos legislativos que pueden cambiar el panorama en un sentido que nos hace sentirnos poco ilusionados y nada optimistas'.
Tras desglosar las claves de la globalización (perversiones del comercio internacional, impunidad en la actuación de las compañías transnacionales, desigualdad económica, tecnológica o migratoria, y soporte estructural armado), con profusión de ejemplos y datos y una exposición cargada de sentido del humor que provocó no pocas sonrisas y aplausos, Arcadi Oliveres esbozó las alternativas a la globalización, empezando por la búsqueda de la 'gobernabilidad mundial' en un sentido democrático, y alentó a educar a las generaciones del futuro en 'una mentalidad más participativa, menos consumista y no violenta'.
La primera jornada del congreso se abrirá hoy en la Facultad de Filología con las conferencias de Ignacio Ramonet, director de Le Mond Diplomatique y Jorge Cardelli, dirigente del sindicato argentino CTERA.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de marzo de 2002