Pocas películas han retratado el lado amargo de Hollywood como El crepúsculo de los dioses, interpretada por dos de las mayores estrellas del cine mudo: Gloria Swanson y el director Erich von Stroheim. Junto a ellos, un jovencísimo William Holden. El resultado fue impactante. Hasta entonces el cine no se había visto reflejado con tanta crudeza, representada en el personaje de Swanson.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de marzo de 2002