Las expresiones de recelo han sustituido a la neutralidad mostrada hasta ahora por los políticos alemanes frente a las negociaciones para salvar a Kirch Media de la quiebra. Ante la probable toma de control de la empresa por parte de Rupert Murdoch y Silvio Berlusconi, Gerhard Schröder ha hecho una primera advertencia. En declaraciones a la revista Der Spiegel, el canciller ha calificado de 'problemático' el hecho de que Berlusconi, primer ministro de un país amigo, pueda ganar influencia en el gigante alemán de la comunicación.
Mientras, las negociaciones para evitar la quiebra de Kirch Media han quedado aplazadas hasta después de las vacaciones de Pascua. El jueves trascendió que los representantes de Murdoch y de Berlusconi se enfrentaron sobre quién de los dos debería asumir el control de Kirch, en caso de que las negociaciones fructificasen. El tercer gran inversor interesado, el príncipe saudí Al Wallid, trataba de mediar entre ambos.
El socialdemócrata Wolfgang Clement, jefe de Gobierno de Renania del Norte-Westfalia, ha declarado que el poder político y mediático en manos de Berlusconi no encaja en las leyes alemanas y ha anunciado que pondrá en marcha una investigación para analizar si la libertad de prensa del país quedaría amenazada tras el cambio de dirección en Kirch. En opinión de Clement, sería 'monstruoso' que Berlusconi pudiera obtener ahora influencia en el mercado alemán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de marzo de 2002