Los ahorradores con cuentas a plazo fijo en los bancos japoneses quedarán desprovistos mañana de la protección oficial del total de sus depósitos, una medida que ha provocado una fuga de capitales y que, según los expertos, acelerará la bancarrota de entidades menores.
La nueva normativa entra en vigor con el inicio del año fiscal 2002, y estipula que en el caso de quiebra de un banco sus depósitos a plazo fijo superiores a 10 millones de yenes (unos 75.000 dólares, 82.500 euros) no serán reembolsados por el Gobierno.
Ante la falta de garantía oficial, muchos ahorradores han empezado a desertar de las entidades más débiles, lo que ha supuesto una fuga de fondos que el año anterior contribuyó a la quiebra de 46 bancos menores y cooperativas.
Durante 2001, los ahorradores japoneses retiraron de las cuentas que tenían más de diez millones de yenes unos 25,9 billones de yenes (193.284 millones de dólares), o el equivalente al 21% del total, según cifras del Banco de Japón. El dinero depositado en los 163 bancos japoneses hasta diciembre pasado fue de 490 billones de yenes (3,6 billones de dólares, 3,9 billones de euros), de los cuales 127 billones de yenes (947.700 millones de dólares) eran depósitos a plazo fijo con más de diez millones de yenes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de abril de 2002