Nikolái Pátrushev, director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB), ha pecado de ingenuidad al enviar a Oleg Kaluguin, general retirado del KGB que vive en EE UU, una citación para que comparezca ante al Directorio de Investigaciones de FSB en Moscú para interrogarlo como acusado de alta traición. Kaluguin se ha tomado el asunto con humor y ha entregado la citación de sus ex colegas al Museo de Espionaje Internacional de Nueva York. Por supuesto, el que fuera jefe del espionaje ruso en plena guerra fría ha dicho no estar loco para acudir a los interrogatorios del FSB después de que el actual presidente ruso, Vladímir Putin, públicamente lo llamó 'traidor', a lo que Kaluguin respondió calificando al nuevo amo del Kremlin de 'criminal de guerra'. Los rusos acusan al general retirado de haber revelado que George Trofimoff espiaba para la URSS, pero él rechaza de plano ser culpable de ello, y recuerda que el archivero del KGB Mitrojin lo delató en 1992, mucho antes del juicio de Florida en el que Kaluguin fue obligado a testificar y confirmar que el coronel norteamericano había vendido secretos al Kremlin durante 25 largos años. Kaluguin, de 67 años, fue un espía ruso en Washington antes de encabezar en Moscú el Directorio de Contraespionaje Exterior. Durante la perestroika de Mijaíl Gorbachov, Kalugin criticó la política del KGB y se convirtió en un diputado progresista. En 1995 emigró a EE UU y hoy vive en la capital estadounidense, donde antes había espiado durante 12 años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de abril de 2002