Como muestran las tendencias del nuevo cómic independiente europeo y estadounidense, la historieta, asociada casi siempre al mundo de la ficción fantástica, tiende cada vez más al reportaje de actualidad. Esta combinación de cómic y periodismo en primera persona caracteriza la obra Palestina, del reportero estadounidense Joe Sacco. En el álbum se refleja su periplo por tierras palestinas y los conflictos entre árabes y judíos.
Palestina relata los acontecimientos políticos vividos por Sacco en su estancia en Jerusalén, Cisjordania y la banda de Gaza entre el invierno de 1991 y 1992. Sacco explica el conflicto a partir de anécdotas que él mismo protagonizó en su viaje y de los testimonios que recogió. La Intifada, las mujeres palestinas, los campos de prisioneros, la represión del Ejército israelí son aspectos que aparecen en las páginas dibujadas en blanco y negro con un estilo heredero de Robert Crumb. Sin llegar a un tono panfletario, Sacco enfoca la mayoría de las críticas al Ejército israelí y a los políticos que lo dirigen. Esta evidencia acusatoria ha provocado el boicoteo a la obra de ciertas librerías de Estados Unidos.
Aunque en cada nueva edición Joe Sacco ha realizado una introducción recordando que el álbum explica un periodo muy concreto y advirtiendo al lector de la posibilidad de cambios en la situación debido a los diversos anuncios de planes de paz, Palestina sigue teniendo una plena vigencia y muchas de sus viñetas -como la que ilustra esta página- parecen sacadas de las más recientes fotos del conflicto. La edición en castellano que lanzará en este mes Planeta-DeAgostini será una de las novedades destacadas del próximo Salón del Cómic de Barcelona.
La mayoría de cómics realizados por el dibujante y periodista Joe Sacco se basan en su experiencia personal en territorios en conflicto bélico. El pasado año publicó en España Gorazde. Zona protegida, basado en su estancia en Bosnia. Sacco, junto al relato más estrictamente periodístico de los acontecimientos, busca en sus obras el componente humano. Sus personajes, extraídos directamente de la realidad, tienen anhelos que van más allá de las guerras en las que se ven absurdamente implicados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de abril de 2002