Un aficionado de 18 años, paraguayo, recibió un disparo en la cabeza tras el partido que disputaron el Nueva Chicago y el Huracán, el domingo, en Buenos Aires. Anoche permanecía en coma. La violencia en el fútbol argentino se ha cobrado cinco víctimas mortales en lo que va de año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de abril de 2002