Los militares brasileños han intentado levantar la cabeza con motivo de la conmemoración del golpe militar del 31 de marzo de 1964, al que califican de 'revolución democrática'. La celebración fue declarada ilegal por el presidente Fernando Henrique Cardoso.
En una nota divulgada por Internet en la página Noticiario del Ejército y dirigida a la nación, el Ejército afirma que 'la historia que no se apaga no se reescribe'. Defiende que el golpe -que causó numerosas torturas y muertes por motivos políticos- 'fue un movimiento victorioso que rescató el respeto y la autoridad, restituyó el espíritu cívico y el amor propio de un pueblo amenazado en su autodeterminación y libre opción por la democracia'. La nota añade: 'Fue una fecha histórica en la que el Ejército consiguió frenar al comunismo'.
En la opinión de uno de los asesores del presidente, la protesta de los militares puede estar motivada por la radicalización del Movimiento de los Sin Tierra, aunque también podría estar relacionado con el hecho de estar en vísperas de la campaña de las elecciones presidenciales y ante el temor de que pueda ganarlas la izquierda del Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de abril de 2002