Tras tantos años juntos, los Muzsikás de Budapest tocan con la precisión de un cuarteto de cuerda. Traen canciones antiguas, como la que desembocó en un aplaudido duelo de gardon -violonchelo rectangular y tosco que se percute-. En una canción de boda se les une Márta Sebestyén. Con esa voz extraña, de timbre un poco nasal, que ha cautivado a músicos y directores de cine. Una voz que atrapa. Ya sea en una triste canción de amor de Moldavia o en esa canción de primavera que cantó a capella.
Improvisaron sobre música de baile de Transilvania, vivero del folclor magiar y tierra del temido conde. Otro conde, el cinematográfico Almásy, le ha proporcionado a Márta Sebestyén parte de su popularidad. En el repertorio hay melodías campesinas que Béla Bartók encontró durante sus peregrinaciones y que luego utilizaría en sus obras. También una que Zoltán Kodály arregló para orquesta y que ellos interpretaron en su forma original. Ya pintan canas y calvas porque los Muzsikás son parte de aquella generación que rescató el auténtico folclor de las garras de rancios conjuntos estatales.
Márta Sebestyén & Muzsikás
Márta Sebestyén (voz), Dániel Hamar (contrabajo y gardon), Mihály Sipos y Lászlo Porteleki (violín), Péter Éri (viola y flauta). Invitados: Zoltán Farkas e Ildikó Tóth (baile). Ciclo Emociona mujer. Auditorio Casa de Campo. Madrid, 3 de abril.
Terminaron con música que se canta, toca y baila durante las bodas en Transilvania y que, gracias al agónico petardazo del equipo de sonido, permitió disfrutar de los húngaros sin amplificación alguna.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de abril de 2002