Un mujer chilena, madre de cuatro hijos, pasó su primera noche entre rejas tras ser condenada por un juez en Santiago a pasar siete noches en un centro de reclusión al negarse a pagar una multa por no plantar césped en el jardín exterior de su casa. Gloria Cisternas declaró ayer que pasó en vela su primera noche, rodeada de reclusas de buena conducta, y que por la mañana regresó a su casa de la acomodada comunidad de Providencia, en donde la esperaba su hija de cinco meses. La mujer, que tendrá que regresar cada noche al centro hasta completar el castigo, se niega a pagar una multa de 42.000 pesos chilenos (unos 70 euros), impuesta en octubre pasado por un inspector municipal por incumplir una ordenanza que obliga a mantener las áreas verdes exteriores de las residencias. Cisternas, esposa de un empresario, alegó falta de recursos de su familia. Afirmó que el mantenimiento de las zonas verdes debería ser labor del Ayuntamiento. El alcalde de Providencia, Cristián Labbé, reconoció que considera absurda la reclusión, pero aclaró que Cisternas podía haber acudido al Ayuntamiento para replantear el asunto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de abril de 2002