La de Àlex Corretja fue simplemente la gota que hizo rebosar el vaso. El equipo español tuvo que afrontar demasiadas lesiones para salir airoso ante Estados Unidos, en Texas y sobre hierba.
El carrusel de problemas comenzó en el momento en que el G-3, el grupo de tres capitanes, tuvo que elegir los jugadores. En aquel momento se estaba disputando el torneo de Cayo Vizcaíno, en el que ninguno brilló. La idea de Jordi Arrese, que actuó como capitán en la pista; Josep Perlas y Juan Bautista Avendaño era contar con Juan Carlos Ferrero, Corretja, Carlos Moyà y Joan Balcells
De los cuatro, sólo dos acabaron formando parte del conjunto. Moyà fue el primero en caerse, lo que abrió la posibilidad de que debutase Tommy Robredo. En cuanto perdió en Miami, el mallorquín comunicó que no podría viajar a Houston por una tendinitis en su hombro derecho y molestias en un codo.
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La segunda baja se produjo el día en que se anunció el equipo. Ferrero, tercer jugador mundial, se fue a Valencia víctima de una fisura en un pie. Su decisión llegó excesivamente tarde, puesto que los capitanes ya habían desestimado a Albert Costa, que se volvió a Barcelona tras perder en Cayo Vizcaíno. Y entonces, en cuestión de horas, Arrese comunicó la inclusión de Alberto Martín.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de abril de 2002