El crecimiento de las empresas de seguridad privada ha permitido crear una oferta de cerca de 6.000 puestos de trabajo de incorporación inmediata si bien el sector no logra cubrirlas del todo por las dificultades inherentes al trabajo de escolta, al intrusismo y a los requisitos para desempeñar ese tipo de misiones. El vicepresidente de la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad, Luis Posadas, manifestó a Efe que ese sector 'necesita mucha mano de obra' y que los actuales empleados están trabajando 'demasiadas horas extra, porque la demanda es tremenda y no tenemos gente', precisó.
'Esta es una profesión de tránsito', porque se trabaja, explicó Luis Posadas, en unas condiciones 'que echan a mucha gente para atrás', lo que 'provoca' rotaciones que alcanzan al 50% de la plantilla al año.
Sobre la situación de los escoltas privados en el País Vasco, Posadas aseguró que la protección de los cargos públicos en esa comunidad autónoma 'no es cosa de la seguridad privada, en las condiciones que se viven en el País Vasco, y hay que asumirlo'. A su juicio, se trata de un problema 'de seguridad pública que tienen que afrontar' las Fuerzas de Seguridad del Estado, que además carecen ahora de una buena coordinación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de abril de 2002