Inglaterra tendrá que empezar el Mundial sin su capitán y una de sus grandes estrellas. David Beckham, que la próxima semana cumpliría su partido internacional número 50 en el amistoso que su selección disputará en Liverpool contra Paraguay, sufrió ayer la rotura de un hueso del metatarsiano del pie izquierdo, y no podrá jugar durante un periodo estimado entre seis y ocho semanas.
El Mundial empieza el 30 de mayo, y el propio entrenador del Manchester, Alex Ferguson, consideró "dudoso" que pueda jugarlo. Beckham no olvidará fácilmente al Deportivo. Tras la durísima entrada que le hizo Diego Tristán la pasada semana en Riazor, ayer fue Duscher el que se empleó con violencia contra él. El medio centro argentino fue por el balón, pero de modo absolutamente temerario, al suelo y con los dos pies por delante, hasta arrollar al centrocampista inglés.
Beckham abandonó el campo mediada la primera parte y fue trasladado de inmediato al hospital donde se le apreció la fractura en cuanto se le hicieron las primeras radiografías. "El fútbol es un juego de contacto, pero la entrada merecía la expulsión", señaló Ferguson sin cargar más las tintas. Lo curioso es que Duscher no fue amonestado hasta otra entrada en la segunda parte, también tremenda, a Van Nistelrooy, y en ambos casos, por protestar, sí vio tarjeta y fue expulsado Scaloni por protestar.
Tampoco Verón quiso polemizar y se limitó a decir: "Fue un lance lamentable que sucede muchas veces en el fútbol".
Javier Irureta, mostró su pesar por la lesión del inglés y quiso alejar cualquier atisbo de sospecha: "Jamás le he dicho a un jugador que fuese a cazar a un contrario. Y menos a uno como Beckham, por el que siento un gran respeto". No tuvo la misma actitud Duscher, quien, lejos de pedir disculpas, señaló: "No le he dicho nada a Beckham porque si fuese al contrario tampoco me lo diría él a mí. Este tipo de acciones se agrandan porque se trata de Beckham y no de otro jugador", señaló.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de abril de 2002