Resulta casi increíble el enorme cinismo del señor Mario Pacho O'Donnell, manifestado en su artículo La globalización alternativa y el 'éxito' argentino, publicada el 28 de marzo en la sección Opinión de su prestigioso diario.
Es bueno informar a los lectores españoles de que O'Donnell, quien ahora juega al intelectual progresista, citando a Immanuel Wallerstein, Michael Hardt y Toni Negri, formó parte -tras haber saltado al peronismo desde el radicalismo- de la Administración de Menem, que fue justamente el Gobierno más neoliberal y corrupto de la historia argentina, durante el cual se aceleró en forma bestial el 'trasvasamiento distributivo tan salvaje de humildes a ricos', que, posando de políticamente correcto, denuncia ahora sin haber dicho antes una sola palabra al respecto. Su romance con el menemismo no se limitó solamente al cargo que ocupó como secretario de Cultura de la nación, sino que estuvo siempre listo para apoyar a Menem en toda circunstancia, sin realizar la menor autocrítica sobre la devastación cumplida por el Gobierno del que formó parte, y al que sigue defendiendo aún hoy. En este sentido, resulta significativo que no lo mencione como referencia histórica en su párrafo 'crítico' sobre la globalización salvaje en la Argentina. Es decir, que le cabe a él, claramente, el sayo de aquellos 'intelectuales más atentos a los chismes de los cenáculos norteamericanos o europeos que a lo que late bajo sus zapatos', sobre los que predica en su texto.
O'Donnell forma parte de la caterva a la que, como también recuerda en su artículo, los argentinos le estamos diciendo: '¡Que se vayan todos!'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de abril de 2002