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El etarra Kantauri, expulsado de nuevo en su tercer juicio en España

José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, ex responsable del aparato militar de ETA, fue expulsado ayer de nuevo en su tercer juicio en España, tras afirmar que no reconocía al tribunal y que no quería participar en un 'circo'.

El dirigente etarra, de 43 años, que ayer sustituyó sus habituales jerséis de cuello vuelto por un polo beige, mantuvo sin embargo la misma actitud beligerante. Como en los otros dos juicios que se han celebrado contra él, Kantauri repitió como un ritual la misma mecánica de verbo agresivo, mirada desafiante e intimidatoria hacia la traductora de euskera, el tribunal y el público, acompañada de golpes al cristal de la pecera de la sala blindada para ratificar su inequívoca voluntad de provocar su expulsión del juicio.

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, solicitó 22 años de cárcel para el terrorista por la colocación de una bomba lapa en los bajos del coche del guardia civil Julián Martín Fanegas, que estaba destinado en la localidad alevesa de Llodio y que finalmente pudo ser desactivado.

Kantauri fue condenado la pasada semana a 13 años de prisión por el intento de asesinato del Rey en Palma de Mallorca, y tiene pendiente la sentencia por su presunta participación en el asesinato del policía Pedro Ortiz de Urbian, cometido en Vitoria (Álava) en 1984. Por ese hecho, el fiscal solicitó 57 años de cárcel para él.

Celebrados los tres juicios, se ha cumplido el objetivo para el que Francia concedió la entrega temporal, por cuatro meses, de Kantauri y el etarra puede ser ya devuelto a Francia el próximo día 17 para que complete el cumplimiento de la condena que tiene pendiente en ese país.

Por otro lado, la Audiencia Nacional condenó ayer a tres años de cárcel por delito de encubrimiento a la etarra Carmen Guisasola, aunque la ha absuelto como autora del asesinato del guardia civil José Antonio Calvo de la Hoz, ocurrido en Las Arenas (Vizcaya) el 12 de abril de 1989. La Audiencia Nacional entiende que no existen pruebas suficientes para condenar a la terrorista por el asesinato del agente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de abril de 2002