Llegaron las figuras a los carteles de la Feria de Abril, llegaron los llenos, llegó el público y llegó también el carrusel de toros que no pasan el reconocimiento veterinario, los camiones que van y vienen a las fincas y las corridas remendadas con reses de otras ganaderías. Ya dio problemas el encierro de María del Carmen Camacho, lidiado el pasado miércoles, del que fueron rechazados cinco toros y que fue completado con uno más de Gavira.
La corrida de ayer, de Victoriano del Río, sólo pasó el reconocimiento a medias (cinco de nueve) y fue igualmente completada, esta vez con un ejemplar del hierro de Hermanos Sampedro. Los toros, al igual que en el caso anterior, fueron rechazados por falta de trapío y por el novedoso término veterinario 'sin rematar'.
Y la palma en lo que va de feria se la lleva el encierro anunciado para hoy, de Garcigrande, del que ayer por la mañana sólo habían obtenido la aprobación de los veterinarios tres ejemplares. Así, poco tendrá que ver lo que esta tarde maten Finito de Córdoba, José Tomás y Eugenio de Mora con lo que el apoderado de este último vio en el campo y le definió como 'ocho o nueve toros muy similares, bien hechos, una corrida de garantía'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de abril de 2002