El precio internacional del crudo retrocedió ayer casi un dólar en el mercado de Londres y en torno a 1,5 dólares en el de Nueva York ante la expectativa en los mercados de que la salida de Hugo Chávez debilite el control de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sobre la producción y los precios. En los últimos tres años, Venezuela ha sido el pilar de la política de recortes de extracción del cartel, con la que entre 1999 y 2000 logró elevar la cotización del crudo de menos de 10 hasta los 35 dólares.
MÁS INFORMACIÓN
- Cuba se queda sin petróleo
- Petróleo incierto
- El alza del crudo reaviva el temor a otra escalada del precio del carburante
- Caracas despierta con saqueos
- El Grupo de Río condena la interrupción del orden constitucional
- Rusia y Arabia Saudí negocian un pacto que impulse el precio del crudo
- El precio del petróleo sube al nivel más alto registrado en un año
En las últimas dos jornadas la cotización del crudo ha retrocedido unos dos dólares en el mercado de Londres (de referencia para Europa) y más de esta cantidad en Nueva York. La caída de Chávez supondrá, según los intermediarios del mercado, un gran golpe para la OPEP y su táctica de control de producción para impulsar los precios del crudo. "Si Venezuela no cumple con los recortes de producción, ninguno de los otros miembros del cartel lo hará y los precios bajarán", comentó un analista.
"Con la renuncia de Chávez se ha perdido un líder importante para la organización, que ha hecho una fuerte contribución para conseguir los objetivos de los productores de petróleo", comentó un portavoz de la OPEP en Viena, según informa Julieta Rudich. "Chávez logró con su presencia reforzar la establidad de la organización", añadió la fuente.
El presidente depuesto vio a la OPEP como la organización internacional donde Venezuela podía tener más peso y el trampolín para relanzar la idea del Movimiento de los No Alineados. Durante 1998, en pleno declive de los precios del crudo, Venezuela se comprometió, junto a los otros nueve miembros del cartel (son 11, pero Irak está fuera del sistema de cuotas de producción por el programa de petróleo por alimentos), a reducir su nivel de extracción para impulsar los precios. Pero el Gobierno de Caracas, entonces en manos de Rafael Caldera, no cumplió. Los otros miembros, irritados con Venezuela, tampoco cumplieron, y la oferta superó ampliamente la demanda. El precio del crudo, a finales de 1998, se desplomó hasta caer por debajo de los 10 dólares por barril. En diciembre de 1998, en Madrid, se reunieron los ministros de Petróleo de Arabia Saudí, Alí al Naimi, y el que en breve dejaría de ser ministro venezolano de Energía, Erwin Arrieta. Luis Téllez, entonces ministro de Energía de México (país que no pertenece a la OPEP pero que colabora estrechamente con el cartel), actuó como mediador. Alí Rodríguez, que ya era el hombre de Chávez para reemplazar a Arrieta, también estuvo. Ahí se selló la política petrolera que un año más tarde llevaría el precio del crudo hasta su nivel más alto desde la guerra del Golfo.
Los años dorados
En marzo de 1999, con Rodríguez en el Ministerio de Energía de Chávez, la OPEP reduce aún más su producción. Los resultados no son inmediatos. La baja demanda a raíz de la crisis económica mundial no permite que el precio se dispare. Sin embargo, la OPEP, de la mano de Venezuela y con un cumplimiento estricto de las cuotas de extracción, logra elevar la cotización de 10 a 25 dólares a lo largo del año. El cartel arranca en 2000 rebajando más su oferta, y para finales del verano el precio llega a los 35 dólares. La escalada provoca una gran crisis económica en los países industrializados.
Chávez pone a la OPEP en las portadas de todos los periódicos. Nunca en sus 40 años de historia el cartel había recibido tanta atención internacional. En octubre de 2000, Caracas reúne a los jefes de Estado de los países de la OPEP por segunda vez desde la creación del cartel en 1960. Chávez desafía abiertamente a EE UU e invita a Sadam Husein, pero éste no acude. La OPEP compite mediáticamente con la asamblea del Banco Mundial y el FMI que se celebra en Praga.
En enero de 2001, Alí Rodríguez fue elegido secretario general de la OPEP, con mandato hasta 2004. Durante ese año la cohesión de la OPEP se resquebraja ante la presión del nuevo Gobierno de Bush; entonces, Chávez se lanza a una gira por los países miembros y visita a Sadam en Bagdad. Para entonces, Venezuela ya se había convertido en el proveedor de petróleo de Cuba. A cambio, la isla pagaba poco y enviaba profesionales, especialmente de la sanidad.
El fortalecimiento de la OPEP y la época dorada de Chávez han ido de la mano. Por ello, no es de extrañar que el mercado petrolero espere que Chávez, en su caída, arrastre el poder de la OPEP.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de abril de 2002