El Tribunal Supremo acaba de marcar el fin de otra etapa en la ciudad de Marbella con la inhabilitación del alcalde, Jesús Gil. Once años de mandato con mayoría absoluta han marcado al pueblo, transformado por unos métodos que empiezan a ser tan cuestionados como algunas de las consecuencias de la metamorfosis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de abril de 2002