Un velero cargado con 1.000 kilos de hachís se hundió el jueves pasado, en medio de la tempestad de viento y lluvia que azotaba el Golfo de Cádiz, cuando era remolcado a puerto por un barco del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), cuyos funcionarios habían colaborado poco antes con el Cuerpo Nacional de Policía en el abordaje y apresamiento del balandro. Los agentes pudieron rescatar a los cuatro tripulantes del Aquilone y parte de la droga (como medio de prueba del delito) antes de que el yate, de bandera española, se fuera a pique sin remedio.
Los cuatro detenidos (un indocumentado, un italiano, un suizo y un menor marroquí) supuestamente forman parte de una organización dedicada al transporte de hachís hacia Alemania, previa escala en España. Las pesquisas, iniciadas en agosto, condujeron recientemente a la policía federal alemana a la incautación de una tonelada de hachís en Frankfurt. Otras tres personas fueron detenidas en tierra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de abril de 2002