Las mujeres inmigrantes tendrán por primera vez un papel protagonista en la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) tras el cuarto congreso de la organización celebrado este paasdo fin de semana en Burgos. Mustapha El M'Rabet, que desde hoy releva en la presidencia de ATIME a su líder durante los últimos 13 años, Abdelhamid Beyunki, afirma que el 30% de los delegados del congreso han sido mujeres y cree que esta presencia debe trasladarse a su capacidad de actuación en la junta directiva. Aunque no es la primera vez que figuran mujeres en la cabecera de la asociación, el propio M'Rabet reconoce que "no han tenido el papel que se esperaba por unas u otras razones". "Aunque", añadió, "pretendemos que esta situación cambie a partir de este congreso".
M'Rabet cree que la presencia de las mujeres en la nueva directiva tiene un interés especial "por el falso debate que se ha producido en el asunto del pañuelo de Fátima, porque no se ha dejado hablar a las mujeres marroquíes y algunos de los que han pretendido defender los derechos de la mujer musulmana árabe y marroquí no lo han hecho bien y ni siquiera han consultado con ellas".
Discurso del Gobierno
El presidente de esta organización se mostró muy preocupado por el discurso político y especialmente el discurso del Gobierno en materia de inmigración porque "criminalizar a la inmigración se traduce en actos de violencia verbal y física contra los inmigrantes". En este sentido, pidió a los partidos políticos que los asuntos que afecten a la inmigración no sean objeto de enfrentamiento político y afirmó que ATIME apuesta por sumar y convivir dentro de un marco legal regulado por la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico español. "Ningún inmigrante pone la Constitución española en duda y si alguien lo hace hay que decirle que está equivocado, pero la sociedad española también debe adaptarse a una nueva realidad en la que los índices de natalidad se están manteniendo gracias a los inmigrantes y en la que todos debemos estar integrados".
Aunque afirmó que los problemas de los inmigrantes son comunes en cuanto a que todos son víctimas de la violencia verbal y física, la precariedad laboral, y las dificultades para acceder a una vivienda digna y a los servicios normalizados de educación, M'Rabet reconoció que el colectivo magrebí está ahora en el punto de mira social por diferencias culturales y religiosas. En este sentido, aprovechó sus primeras palabras tras ser elegido para erclamar una mejora en las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos. "Nos interesa que se normalicen cuanto antes las relaciones porque si hay alguien perjudicado por esta crisis diplomática somos los magrebíes inmigrantes, a los que incluso algunos han sugerido que se utilice como moneda de cambio en la relación entre ambos países", afirmó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de abril de 2002