Concerto barocco es un deber para la compañía suiza. En Ginebra lo repuso el propio Balanchine a principios de los setenta, pero la versión vista en el Albéniz deja mucho que desear, en lo musical y en lo estilístico. Concerto... no es frío, sino estricta geometría pentagramátrica; su asunción debe partir de recrear el canon sobre un ritmo invariable.
Mancini aborda de manera coral un tema trascendente: la intolerancia en el mundo actual, con el concurso de todos sus bailarines y de la potente y oscura música de Adams. El coro masculino es usado como expositor de la idea, mientras las mujeres catalizan las escenas. La presencia de un dúo masculino de evocación andrógina es lírica a la vez que sensual,dando una cierta redención poética a las formas coréuticas.
Ballet del Gran Teatro de Ginebra
Concerto barocco: George Balanchine / J. S. Bach; Words no longer heard: Giorgio Mancini / John Adams; Para-Dice: Saburo Teshigawara / Wilie Boop. Teatro Albéniz, Madrid. 12 de abril.
Teshigawara es una de las últimas revelaciones de la coreografía. Sus obras lucen un dominante presupuesto armónico que se desarrolla sobre amables espirales.
En la compañía hay destacada presencia española con Antonio Ruz y Muriel Romero. Ruz se mostró vital y muy revolucionado en la pieza de Mancini.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de abril de 2002