Sanisha Gurung, niña nepalí de 10 años, nació con una grave dolencia cardiaca. Su familia, sin medios económicos, estaba resignada a verla morir en dos años. El 9 de abril volvió a nacer tras ser operada en la Policlínica de San Sebastián gracias a instituciones y asociaciones guipuzcoanas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de abril de 2002