La pirámide táctica que sopesa Camacho de cara al Mundial, con Baraja y otros dos centrocampistas de rompe y rasga resguardando a Valerón, Raúl y Tristán -ayer relevado por Morientes- resultó clave para dar un vuelco radical a la cita de Belfast. Un choque irrelevante hasta que Camacho dio un volantazo en el descanso y cambió de pizarra. En el segundo tiempo, España cosió la pelota al pie, más factible con Valerón en el campo, y encontró mejores vías de ataque, al liberarse más los centrocampistas, los tres -Mendieta, Helguera y Baraja- con una destacada capacidad ofensiva. Al margen del desfondamiento norirlandés del segundo periodo, la variante táctica despertó a todo el equipo español, que se creció a partir del juego. El equipo ganó en frescura y al sentirse a gusto mejoró mucho su actitud. Pero Camacho aún no se inclina del todo por este sistema, al menos de inicio: "Es un sistema muy arriesgado, porque Raúl y Valerón juegan muy adelantados y, aunque hoy [por ayer] han defendido más, les cuesta". El seleccionador también enfatizó que en el segundo periodo Irlanda del Norte estaba "muy desgastada", gracias en buena parte a la disposición española de la primera mitad, cuando el equipo se dedicó a controlar la situación sin mayores pretensiones.
Camacho dejó claro que aún tiene dudas respecto a la lista final, en la que estarán los 18 convocados de ayer, un tercer portero y cuatro jugadores más de campo. "Quedan partidos de enorme desgaste físico y psíquico, hay que esperar a ver como termina la temporada", afirmó el técnico, que se mostró confiado en una rápida recuperación de Tristán, el vértice final de su sistema piramidal del segundo tiempo, el que hoy por hoy más alegre parece para el equipo español.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de abril de 2002