El presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, intervino ayer en la agria polémica sobre la televisión desatada por unas declaraciones del primer ministro, Silvio Berlusconi, y reclamó 'autonomía' para la RAI. 'La calidad de las transmisiones', dijo Ciampi, 'debe ser asegurada por la autonomía editorial, que, junto al pluralismo del sistema radio-televisivo, es elemento fundamental para la vida de una democracia moderna'. El jueves, Berlusconi declaró, en una conferencia de prensa, que algunos presentadores de la RAI tuvieron un comportamiento 'criminal' contra él durante la pasada campaña electoral. Il Cavaliere citó en concreto a dos periodistas, Enzo Biagi, un veterano entrevistador de 80 años, que presenta un programa diario en la primera de la RAI, y Michele Santoro, presentador de un programa de debates. A ambos, y al humorista Daniele Luttazzi, todos ellos próximos al centro-izquierda, Berlusconi les advirtió de que sus días pueden estar contados en la RAI si no cambian de actitud. Comentario que desató la indignación de los tres aludidos y del centro-izquierda. Santoro acusó a Il Cavaliere de ser 'un bellaco que ataca a los más débiles'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de abril de 2002