El Ayuntamiento de Arganda del Rey, gobernado por PSOE e IU, ha aprobado una ordenanza contra el ruido en la que se incluye la obligación de sustituir los tubos de escape de las motos que emitan decibelios superiores a los permitidos.
La ordenanza, aprobada ya por el pleno, se desarrollará en tres fases. En la primera de ellas, los agentes de la Policía Local conminarán a los propietarios de las motos para que se acerquen hasta un taller, ya concertado, donde se sustituirán los tubos de escape. El coste -de 30 a 50 euros, según la cilindrada- correrá a cuenta del Ayuntamiento. En la segunda ocasión en que la misma moto sea interceptada sin haber cambiado el tubo de escape, los agentes conminarán de nuevo al propietario para que lo cambie, pero, en este caso, el importe correrá a cargo de su dueño. Finalmente, si la moto es interceptada por tercera vez sin solucionar sus problemas de ruido, el propietario será denunciado y la moto requisada.
En Arganda existen 2.700 motocicletas o ciclomotores censados, pero sólo un centenar de ellos han sido identificados por los agentes como ruidosos. 'Esta ordenanza se aplica ante la proximidad del verano y el aumento de ciclomotores por las calles, sobre todo por las noches', explica Pedro Díez, alcalde de la localidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de abril de 2002